domingo, 15 de mayo de 2016

Lisboa




Hay en tu rostro una nostalgia de océano, 
una desidia de cuerpos sumergidos
bajo el deseo de una estrella errante,
tal vez la pesadumbre del viajero que regresa 

envuelto de noche y raíles
y recuerda las luces de Chiado, 
la terraza del cielo,
el jardín de azoteas,
la soledad de dos;


y regresa cada noche de Lisboa
con la dulce humedad de sus cenizas, 

el sentir de Pessoa y la tibieza
de un albornoz de hotel,
y persigue la sombra de la luna
al son del fado de la voz herida;


regresa con preguntas que no tienen respuesta, 
pregunta por la calma del tiempo en los tranvías, 
por el viento agitado del Atlántico
donde espuma el deseo que eriza la piel

y asciende a unos labios por las calles estrechas 
de Lisboa en la lluvia de Octubre;

regresa sin saber que regresa,
sin regresar del todo,
con los ojos abiertos en penumbra,
como si entendiera después de tantos años 

que nada hay más cierto que la duda
como nada más cercano que dos cuerpos 

bajo una estrella errante.


4 comentarios:

  1. Hola Toño, me alegro de volver a leerte en este bello poema de nostalgias, como vuelven los recuerdos de bellos momentos.
    Unas letras llenas de serenidad, elegantes y poéticas donde se trasluce el buen hacer de un poeta, que seduce por su cadencia.
    Qué envidia me dais "algunos poetas" (sana, claro está).
    Un abrazo, me encanto tu visita.

    P.D. Que casualidad, tengo de música de fondo -Lisboa antigua-

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    1. Siempre me alegra mucho tu visita, querida Elda, sé que tardo mucho en contestar, soy un desastre, pero agradezco cada palabra que dejas en tus preciosos comentarios.

      Un beso, amiga.

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  2. Hacía mucho, Toño, que no me acercaba a ti, siempre hay en tus poemas un algo que identifica, algo que invita a dejarse llevar por la tierna elegancia con la que expresas tus sentimientos. Ya sabes que no te prodigas y que tus propios poemas gritan un poco enfadados esta propensión que tienes de publicarlos con tan poca asiduidad, ya sé que no es preciso para que se reconozca el gran poeta que llevas dentro. Una delicia de tu peculiar estilo.

    Un abrazo.

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    1. Enrique, es fácil encontrar el aliento necesario en tus palabras para continuar. Probablemente las mías no te hagan justicia por más que intente agradecer tu amabilidad y tu huella, que como bien sabes aprecio y agradezco mucho. Tus comentarios siempre me dan mucho más de lo que espero.

      Un fuerte abrazo.

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