jueves, 11 de septiembre de 2014

Las Edades del Tiempo

Algún jueves cualquiera, de mañana,
en la espera de un tren.
Se deja llevar por el andén
bajo una luz tranquila.
Conversa con el joven que a su espalda,
suavemente,
hace girar las ruedas de su silla.
Tengo nietos de tu edad
                                  le va diciendo
mientras en su cabello se deshacen los ríos
en acequias de plata.

Son cascadas de invierno.

El hombre joven,
joven y extranjero,
sonríe sus palabras, sus miradas, sus gestos,
aunque no la comprenda
porque viene de lejos.
Pero ha visto en su rostro un hogar
donde cabe su pecho.

Mozo joven
                     le dice,
tú tendrás una moza que te quiera.
Cómo pasan los años,
¡ay si tú lo supieras!
Si tuviera tu edad yo te querría
como una primavera.

La mano tierna del joven no rehuye la nieve,
mesa las hebras de plata
donde ella guarda los años 
y algún recuerdo furtivo 
con el rubor inocente
que hay en cualquier mediodía.

Cinco minutos para el tren
dice una voz que proviene
de alguna parte del cielo.

Yo quisiera
que en el lugar donde marcho 
fueran eternos los días,
fueran las noches de trapo;
eso le iba diciendo
con un hilo de voz abandonado
como aquél primer beso.

Cuídese, mi princesa, ya la subo al vagón.
Que le abriguen los sueños.

Una sonrisa con rubor de plata
es la forma perfecta 
de cualquier despedida.

Que le abriguen los sueños.

Ella sueña que vuelven 
a verse en el andén,
a su regreso,
y ella baja lozana de un caballo de hierro
y le mesa el cabello
y le toma las manos
y su hilo de voz se le devuelve
y un susurro le brota de su pecho
y le dice sin miedo

yo ya tengo tu edad, yo ya te quiero.

Cuídese, mi princesa.
Que le abriguen los sueños.


Algún jueves cualquiera, de mañana,
en la espera de un tren.
En el andén del tiempo,
bajo una luz tranquila,
hay un joven que empuja
una silla vacía
y hay un tren que se aleja hacia el olvido.



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domingo, 24 de agosto de 2014

Arboledas

Amanece Madrid en la calle de Agosto,
una calle vacía, bajo una luz hiriente
y un sol de mil demonios;
aún se peina los bucles al viento de la noche,
agita la arboleda en el camino
su color esperanza;
como una postal de precaria quietud
cobra vida despacio,
como un resucitado;
se retira del pecho el puñal de la prisa
mientras lame su herida
anónima 
y profunda.

Y amanece Madrid en la calle vacía
con Agosto pegado a su piel de elefante,
con un sol tan ceñido 
que no queda respiro
bajo las arboledas, siempre verdes y altivas,
tan color esperanza.

Un verano en Madrid, en la calle de Agosto,
al mirar hacia atrás hay un hondo vacío,
hay un mirlo que vaga sobre brasas 
de estío,
hay recuerdos heridos de algún perro 
sin dueño,
hipotecas de lujo para pisos
pequeños,
ventanas que bostezan por falta
de sueños, 
la pereza en un coche,
un semáforo ausente que da paso a un risueño
transeúnte, un columpio mecido
por un niño de viento,
hay rosales vencidos 
que no tienen aliento,
una fuente que duerme y que brilla sin brillo
junto a las arboledas, 
siempre verdes y altivas,
tan color esperanza.

En la calle Madrid un Agosto amanece
con su piel de elefante,
con sus ojos de liebre,
se hace la manicura, 
quiere ser ya Septiembre.

En la tierra quemada una sombra se yergue:
la de las arboledas,
siempre verdes y altivas,
tan color esperanza.



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Perdón y Gracias

Es más fácil guardar silencio que pedir perdón.

Os pido perdón, amigos y queridos Lyliam, Enrique y Jero, por no haber sido capaz en todo este tiempo de contestaros, de dejaros una mínima muestra de agradecimiento por vuestra presencia aquí, vuestras palabras y apoyo incondicional. Os puedo asegurar que agradezco mucho todo eso, esas huellas que habéis ido dejando en este tiempo de ausencia, que aprecio de veras y lamento no haber contestado en su momento. 

Querida Lyliam, yo también soy como el gato de Alicia, en algo nos parecemos ;) El tema que sonaba de fondo se llama Albatros, de Wayne Shorter. Mil gracias por estar ahí a pesar de todo, y sobre todo, por esas cariñosas riñas.

Enrique, Jero, apreciados poetas y amigos, una vez más, gracias de corazón por estar ahí.

En fin, me he hecho el firme propósito de estar algo más activo en este “curso” que comienza. Prometo no tardar un año en contestar :)

Un abrazo