sábado, 24 de noviembre de 2012

Otoño ( I )









Rendido
a la doméstica zozobra que produce
saberse el enemigo,
al silencio en la piel
que vino a prevenirnos del invierno,
algún otoño debe invocarse 
en el cielo de tu nombre.

Si te llamas amor,
si tienes un segundo que no acoja
la sombra de la noche,
si traes un pozo de luz,
un manantial de treguas destilando
alcohol sobre tus labios;
si te llamas amor,
en la copa vacía del deseo
yo podría esperarte.

Yo podría esperarte
con la noche entreabierta,
la mirada perdida
del abrazo desierto,
el murmullo del templo
donde nada se adora.

Yo podría esperarte.

Si te llamas amor,
si tienes un segundo que no acoja
la sombra de la noche,
no descarta la vida
que algún otoño deba invocarse 
en el cielo de tu nombre.






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8 comentarios:

  1. ¿No descarta la vida Toño? Suena hermoso, "Un manantial de treguas" Al amor se le espera, se le tiene paciencia, pero si que nos llega el otoño poeta, y el invierno previene pero yo no tengo claro donde y como es que uno deja de entreabrir las noches para ver si aparece, ¡seré ilusa! y tu poema me recuerda a Benedetti cuando dice:
    "mi estrategia es
    que un día cualquiera
    no sé cómo ni sé
    con qué pretexto
    por fin me necesites"
    Un hermosa manera de invocar la tuya, y siempre un enorme placer leerte mi querido amigo. Valdrá la pena esperar el tiempo necesario para volver a emocionarme con tus versos. Un abrazo con cariño.


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    1. ... y cómo puede uno agradecer este comentario tuyo, Lyliam...un millón de gracias, mi querida amiga...aunque no sea suficiente. Gracias por tu presencia, por tu sensibilidad, por estos aportes tuyos que engrandecen este lugar, por los versos inalcanzables de Benedetti ...

      Un beso enorme.

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  2. Pues mi estrofa preferida ha sido ésta:
    "Yo podría esperarte
    con la noche entreabierta,
    la mirada perdida
    del abrazo desierto,
    el murmullo del templo
    donde nada se adora"
    Sencillamente genial, Toño.
    Un abrazo

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    1. Pues coincido contigo, esa es también mi estrofa favorita del poema. Me ha alegrado mucho recibir tu precioso comentario, Eratalia... mil gracias.

      Un beso.

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  3. Nunca hay que descartar nada y menos llamándose amor.
    Siempre es una gozada leer tus versos Toño y más en esta estación de poetas.

    Te dejo un abrazo amigo.

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  4. tan cierto como lo dices, Jero... y es que uno no debe rendirse ni muerto.
    La gozada es contar contar con tu estimada presencia en estas letras.

    Otro fuerte abrazo para ti amigo.

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  5. He leído tus poemas de Otoño en el orden inverso a como los has publicado, malos hábitos que tenemos algunos que leemos en los blogs, y he aquí, Toño, que me encuentro un poema muy distinto al otro, y que, sin embargo, no difiere en la calidad, ni en esa sensación que nos deja esta estación en la que nos arropamos de recuerdos e invocamos la esperanza. Me ha gustado mucho su ritmo, tan ligero y grácil que contrasta con la profundidad de sus reflexiones, quizás por una cierta tendencia iconoclasta me quede con ésta ; "el murmullo del templo / donde nada se adora" pero comprendo perfectamente que te citen otras.

    Un abrazo.

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    1. Sucede que las vicisitudes de la vida, el trabajo, la familia, en definitiva la falta de tiempo, me alejan de este mundo virtual donde me gustaría estar más presente: los foros donde compartimos letras, los magníficos blogs que sigo, como el tuyo, que considero un lugar de referencia, de donde siempre me voy con mucho más de lo que llego... este blog que a duras penas mantengo vivo... pero merece la pena robarle todo el tiempo posible a esa cotidianidad, disfrutar de las letras compartidas, encontrarse con la huella de unos amigos a los que a pesar de la distancia y el medio no considero virtuales... y leer comentarios como este tuyo donde aportas la experiencia del lector avezado que, ante lo propuesto, añade su visión interior y crea una nueva dimensión que enriquece lo escrito y a quien lo escribe y que hace que, sin duda, merezca la pena esta experiencia de seguir compartiendo letras, a pesar de las trabas y el tiempo.

      Muchas gracias, Enrique. Siempre es un honor y un gran placer recibir tu estimada visita.
      Un fuerte abrazo.

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