lunes, 14 de noviembre de 2011

Taquilla del destino


A Miguel                   


He sabido que marchas,
me dicen, a un invierno apalabrado.
Taquilla del destino;
dígame, queda tiempo?
Yo quisiera un billete a última hora,
tumor en clase turista,
no está la economía para lujos.

Esta tarde de Septiembre
que con un sol de ocaso ha convertido
el cielo en una antorcha,
que acompaña
un tren de vuelta a casa
cerrándose en la noche,
que tiene la llanura de lo triste,
en algo te recuerda.

Sobre los desiertos
de ciudad en lumbre
los ojos del cristal se han preguntado
cuales serán los trazos de tu viaje,
los lugares que señalas en el mapa
a mano alzada
y temblor firme.
Nadie como tú para entender
la historia oculta de los edificios,
los rincones del mundo
que caben en la guía de un viajero.

He sabido que marchas,
me dicen, a un invierno apalabrado.
Taquilla del destino;
dígame, queda tiempo?
Factúreme los sueños,
el amor de los míos,
sé que debo pagarle sobrepeso.

Esta tarde de Septiembre
que regresa en un tren de vuelta a casa,
viste de luz oscura,
se desploma sobre el mapa.
Dime, queda tiempo
para conversar,
acompañarte acaso.