En las horas escasas,
cuando proclaman los gorriones
su atardecer pacífico,
un amor que duerme en los baúles
amarillento y frío,
un amor antiguo y solitario
es tierna compañía.
Porque hay aceras que aguardan
una cita temblorosa en el reloj,
Porque hay poemas que buscan
el calor de una lámpara de noche,
Porque hay rincones que añoran
la sombra perfilada de unos cuerpos,
su balada tardía de ciudad,
la profunda intimidad de su penumbra.
Porque hay velas, terrazas, dormitorios,
en la seda apacible de una noche,
en el carmín extinto de algún beso,
en la amable mirada del vacío.
En esas horas escasas de emoción,de ganas de ser,es cuando os recuerdos acuden en tropel y nos desempolvan momentos más brillantes.Siempre en tus poemas esa nostalgia delicada que los hace lluvia serena para el alma del lector,amigo Toño.Todo un lujo volver a leerte.
ResponderEliminarGracias por tu visita a mi blog.
Un fuerte abrazo poeta.
Un poema templado, amigo, eufónico e intimista. Los recursos retóricos muy bien aprovechados en esa transferencia emotiva que, de una forma u otra, perseguimos los que nos asomamos a la creación poética.
ResponderEliminarUn afectuoso saludo.